jueves, 22 de mayo de 2008

Cajita de música - José Perpiñal

DIN….DON…..DIN…….DIN...DON...DiN…..DON.
Estos fueron mis primeros acordes, después que me sacaron el brillante papel de colores y desataron el primoroso moño rosa con que fui presentado. Fue el mismo día del nacimiento de Eliana y desde ese mismo momento no me separe de ella: tuve suerte le guste de entrada y calmé su llanto con mi música. Escuchándome a mi se quedaba dormida y aplaque mas de un berrinche hasta que su madre le daba de comer.
Fui el adorno de la torta de su primer cumpleaños y con mis acordes soplo su velita: Estaba siempre a su lado en todos sus juegos. Juntos aprendimos a sentarnos solita para hacer pi pi y todo lo demás. La acompañé a la escuela en su primer día de clase y fuimos creciendo en nuestra relación: sonaba cuando escribía su diario íntimo; ahí conocí a su primer novio y hasta me sorprendí con su comienzo a mujer. Aprendí a callar cuando la tristeza mojaba sus ojos en suspiros contenidos por un amor sin respuesta; también callé en los momentos que por el estudio y algún examen la preocupaba en demasía pero siempre a su lado en su mochila o en su cartera, la acompañaba en todo instante, aunque en algunos pase muy mal trago cuando aprendió a manejar el auto, por frenazos y acelerones sin consecuencias.
También viví intensamente su casamiento con el hombre de su vida y disfruté del amor que se profesaban y estoy seguro que con mis acordes como fondo, una noche encargaron su retoño. Qué hermoso poder continuar la saga en su embarazo, la dicha y la felicidad colmaban sus horas y sus días.
DIN…DON…DIN….DON….DIN...DON..DIN...DON.
Hoy tenemos revisación para saber el sexo del bebé y su marido Ricardo, no llegó a tiempo del viaje por la tormenta de nieve y viento que asolaba el lugar y ella salió sola manejando su auto con mucho cuidado al llegar a la esquina de la clínica, fijándose donde podía estacionar no vio la camioneta que, patinando sobre la nieve, la fue a golpear justo en su puerta con bastante violencia, causándole una hemorragia interna. El personal de la clínica rápidamente la socorrió y pudieron operarla, por suerte. Muy dolorida por el golpe y para recuperarla la pusieron en terapia intensiva.
Cuando llegó su marido pidió verla y en su visita, sabiendo lo mucho que amaba a su cajita de música, la conectó y cuando sus notas cantarinas surgieron, su cara se iluminó y una sonrisa broto en su rostro.
DIN DON DIN DIN DON DIN DON
Y COMO SI MI CUERDA SE AGOTARA…… CALLE.
Pip, pip, pip, pip….. piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…………………………

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