Recetario
I
Con una serpiente petrificada trazar un círculo. Permanecer bajo el árbol. En un Espacio construir un ala que logre llegar a un extremo del ángulo. De no poder, alzar una dicha borrosa. Tomar un atajo. Con los sentidos buscar abundancia o sobriedad. La Vida parte, se divide, regresa. El crédulo amanecer dejará su propio sabor en las almohadas tibias.
Entonces que la tierra gire buscándonos.
II
Medir con la palma de la mano la amplitud del círculo. La intensidad del sol debe ser tal que la piel sentirá el peso del roce. Buscar y dejar las cosas donde estaban. Ver la llama de un fósforo agotarse como si de la frente de un canario envejecido se tratara. Recostarse. Rezar. Dormir. Soñar la parte nuestra que anida entre las costillas y el paladar. Dar el último vistazo. Una Oración no basta. Un sortilegio sí. El Silencio restablecerá el peso muerto y para ello se convertirá en Palabra. El hombre dirá en voz alta y ante nadie el secreto. Las hojas caerán sobre el tiempo que ni se equivoca ni niega.
Dicen que los Dioses ríen cuando las criaturas piden o hablan demasiado.
miércoles, 4 de agosto de 2010
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